En la etapa de Infantil del Colegio María Corredentora utilizamos las rutinas, como una herramienta para que el alumno sea capaz de organizar su día y anticipar lo que viene a continuación.
Desde que llegan al aula se suceden las mismas actividades en forma de secuencia, de forma que a base de repetir esa misma secuencia, se va interiorizando la actividad. Por ejemplo, al llegar a clase, nos quitamos el abrigo o la chaqueta, lo colgamos en la percha con nuestro nombre y nuestra foto, dejamos el almuerzo en su caja, guardamos la mochila y el resto de pertenencias y nos preparamos para ir al baño.
En este momento, podemos hacer entrega al alumno de un objeto real, una fotografía o pictograma del lugar al que nos dirigimos, para que él o ella, sepa qué es lo que va a pasar. Por ejemplo, le decimos que vamos al baño a la vez que le entregamos un pañal, de forma que asocie el objeto con la instrucción que le estamos dando.
La hora del baño se puede aprovechar también para trabajar la paciencia y los tiempos de espera, algo que en ocasiones puede costar a nuestros alumnos. Para ello, podemos amenizar estos tiempos de espera con canciones, juegos, de forma que los alumnos permanezcan tranquilos esperando su turno.
Tras el baño, es el tiempo del aseo de manos. Repetimos con ello paso a paso las instrucciones, mientras se las vamos indicando con nuestra voz («abrimos el grifo, nos mojamos las manos, cerramos el grifo, echamos jabón, frotamos, abrimos de nuevo el grifo, nos aclaramos, cerramos el grifo y nos secamos»).
Una vez que hemos celebrado la asamblea y leído entre todos el horario, realizaremos el resto de juegos y dinámicas propias de un aula de Infantil, pudiendo aprovechar muchas de ellas para practicar la expresión de aquello que queremos o necesitamos y, como no, a pedir las cosas por favor.
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