IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN EL AGUA PARA NIÑOS CON DISCAPACIDAD

30 de octubre de 2023

La práctica habitual de la actividad física es fundamental para el desarrollo de las funciones ejecutivas, fundamentales en los procesos de aprendizaje. Algo que cobra especial importancia en el caso de niños y jóvenes con discapacidad intelectual.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños y adolescentes con discapacidad deben realizar 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa y reducir los tiempos de sedentarismo. Por ello, en el colegio María Corredentora promovemos de forma proactiva la práctica de actividad física en nuestros alumnos.

¿Cómo lo hacemos? Además de a través de las sesiones semanales de Educación Física e Hidrocinesiterapia, el colegio tiene como objetivo aumentar los tiempos de actividad física antes de las clases, (para ello, se han diseñado en el patio estructuras que favorecen el movimiento controlado), entre clases ( con descansos activos) y en los recreos, (favoreciendo la puesta en marcha de espacios enriquecidos).  

Educación Física en el Agua 

El pasado mes de septiembre los profesionales del Servicio de Educación Física e Hidrocinesiterapia, José Manuel Gómez Pascual y Manuel Vidart impartieron una formación avalada por la Comunidad de Madrid en la que compartieron con una treintena de personas procedentes del campo de la Educación, el Deporte, la Universidad o el Tercer Sector, los fundamentos en los que se basa su intervención en el medio acuático con personas con discapacidad, especialmente niños y jóvenes, y aspectos prácticos como el Programa de Intervención en el Agua elaborado por Juan Vázquez al que nos referiremos más adelante. Además, el tercer día de formación los asistentes pudieron meterse en la piscina del colegio María Corredentora y comprobar los ejercicios y materiales que utilizan nuestros alumnos en su día a día. 

Un aspecto que José Manuel y Manuel quisieron destacar al hablar de actividad física en el agua, es que todos los ejercicios que se realizan en el agua tienen como objetivo reforzar las competencias de los alumnos fuera de ella. Para ello, tendremos en cuenta las diferentes funciones motoras, es decir, aquellas que nos ayudan a controlar y programar progresivamente el movimiento. Estas son la regulación postural, la coordinación y la elaboración de planes de acción. 

Abordando paso a paso las diferentes funciones,  Juan Vázquez, precursor en hidrocinesiterapia y profesor de Natación en el Colegio María Corredentora durante décadas, puso en marcha el Programa de Intervención en el Agua  que fue descrito en el libro «Natación para personas con discapacidad, intervención en el medio acuático» publicado por la Editorial Gymnos en 1999.  Este documento es seguido paso a paso por nuestros profesionales en sus sesiones y en él se abordan los ejercicios que iremos realizando paulatinamente con nuestros alumnos para obtener las respuestas deseadas. 

Para más información sobre este Programa de Intervención en el Agua, podéis consultar con José Manuel Gómez Pascual en josemanuelgomezpascual@mariacorredentora.org  

Una vez adquirido cierto nivel de integración del esquema corporal, dentro del programa de requisitos previos, los alumnos comenzarán a trabajar dentro del circuito primario  (los alumnos se  desplazan por una calle y vuelven por otra). A medida que van progresando, se dará a paso al trabajo por grupos en cada calle, realizando los diferentes patrones de nado y ejecutando cada vez planes de acción más complejos.  

La Primera Experiencia en el Agua 

Uno de los aspectos a los que desde el colegio se da mucha importancia es a la primera experiencia de un niño en el agua, potenciando al máximo que sea placentera. Para ello, tenemos muy en cuenta el contorno de la piscina, la temperatura del agua, la persona de referencia que se encuentre con él o ella en estos primeros momentos. En este sentido, aconsejamos a los padres cuidar también para las primeras experiencias de sus hijos en la bañera. Es importante recordar que cuando hay una experiencia negativa, la amígdala cerebral la registra como desagradable. A partir de ahí, es necesario, poco a poco, ir trabajando para que este registro negativo se sustituya por sensaciones agradables.  

Por ello, en el colegio María Corredentora cuidamos desde el primer día las experiencias de nuestros alumnos en el agua con el fin de que  consideren la piscina un espacio seguro en el que aprender y divertirse. 

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