El objetivo de toda madre y todo padre de un niño con discapacidad intelectual es que nuestro hijo tenga una participación activa en la sociedad.
Por ello, desde el Colegio de Educación Especial María Corredentora queremos ayudaros y dotaros de herramientas para que, al igual que en el colegio, en casa también trabajéis la adquisición de cuatro habilidades sociales muy importantes para su desarrollo.
- La mirada
La primera de ellas es la mirada. Es un signo de escucha, de atención, por lo que es fundamental a la hora de interactuar con otras personas. ¿Cómo la trabajamos? Nos situaremos a su altura, mirándoles a los ojos y buscaremos que nos devuelvan la mirada. Es importante recordar que los adultos somos la referencia y modelo de nuestros hijos, por lo que es importante que reforcemos las enseñanzas con nuestro propio comportamiento.
- Pedir las cosas por favor y dar las gracias
Otra de las habilidades que trabajamos con nuestros alumnos es la capacidad de pedir las cosas por favor. Es importante insistir en esta fórmula para evitar que se desate la impaciencia o desesperación que, en ocasiones, nuestros hijos pueden desarrollar por el deseo de lograr de forma inmediata lo que desean.
Pedir las cosas por favor y dar las gracias les va a permitir disminuir la exigencia, potenciar la paciencia y desarrollar un modelo adecuado de comportamiento con el otro, mejorando así su capacidad de interactuar socialmente.
- Pedir perdón
Uno de los aspectos que tenemos que tener claros a la hora de trabajar con nuestros alumnos o hijos es la capacidad de pedir perdón es que en muchas ocasiones no lo hacen porque no son conscientes de que sus actos hayan podido molestar o incomodar a otra persona.
Por eso, es importante hacerles ver lo sucedido y acompañarles en esa petición de perdón con nuestro ejemplo. De esta forma, serán más conscientes de lo sucedido y en una situación similar intentarán superarse.
- La asertividad
Finalmente, la asertividad es una habilidad que mejora nuestra autoestima, ya que nos permite defender nuestros derechos sin interferir en el otro.
Esta habilidad nos puede ayudar a resolver un pequeño conflicto, como que alguien coja un juguete con el que estaba jugando en el parque. Ante esta situación, es importante enseñar a los niños la importancia de expresar su desagrado con la situación, y en caso de que no se produzca un cambio, pedir ayuda a un adulto de referencia. Trabajar la asertividad evita que se produzcan en los niños comportamientos agresivos o desproporcionados.