Cuando un abuelo y un niño está juntos, se siente la magia, solo hay que ver sus caras, la luz de sus ojos y la dulzura de su sonrisa para entender que hay un vínculo especial entre ellos. Estos días hemos tenido varias ocasiones para comprobarlo.
El pasado dos de diciembre una clase de 5º Ciclo acudió al Centro Geriátrico Hortaleza para visitar a sus residentes, con los que llevamos casi un año carteándonos. En esta ocasión, tuvimos la suerte de poderles llevar las felicitaciones en persona, y cantarles villancicos, con guitarra y todo. Además, pudimos charlar con ellos y recoger de sus manos el regalo que ellos nos habían hecho, cartas y dibujos de Navidad que nos entregaron como recuerdo de este día tan especial que terminamos compartiendo un desayuno todos juntos.
Además, este lunes nos visitaron los usuarios del Centro de Día Proade. Con ellos, cantamos villancicos, compartimos regalos, nos leyeron poesías, y disfrutamos de una mañana especial en la que la alegría estaba presente en el rostro de todos.
Estos encuentros intergeneracionales son una gran oportunidad para compartir experiencia e inocencia y sobre todo, mucho, mucho amor.